Los científicos han descubierto una nueva especie de bandicoot con patas de cerdo, un marsupial australiano extinto que se parece a un canguro, una zarigüeya y un ciervo demasiado amigable en el abrevadero local, y es tan extraño como cabría esperar.
Bandicoots con patas de cerdo son herbívoros de cola larga y orejas largas que una vez corrieron por los tramos arenosos y áridos del centro y oeste de Australia durante decenas de miles de años antes de extinguirse en la década de 1950. Con una masa corporal máxima de aproximadamente 1.3 libras (600 gramos; aproximadamente el peso de una pelota de baloncesto) y una longitud de aproximadamente 10 pulgadas (26 centímetros), estos mamíferos se consideran entre los animales de pastoreo más pequeños que jamás hayan existido, según Los autores de un nuevo estudio publicado el 13 de marzo en la revista Zootaxa.
Con dos dedos funcionales en sus patas delanteras y solo uno en cada pata trasera, los bandicoots tienen un aspecto un poco ensamblado por comité. Sin embargo, según las entrevistas realizadas con miembros de la tribu aborigen en la década de 1980, la disposición del dedo del pie del trípode no impidió que las pequeñas bestias "galoparan" a velocidades sorprendentemente altas cuando estaban angustiadas.
Las entrevistas aborígenes han sido cruciales para los investigadores, ya que no quedan bandicoots con patas de cerdo para estudiar en la naturaleza; solo quedan 29 especímenes fosilizados en los museos del mundo. En el nuevo estudio, investigadores del Museo de Historia Natural de Londres y del Museo de Australia Occidental analizaron los 29 especímenes, tomaron meticulosas mediciones de huesos y compararon muestras de ADN recolectadas en la década de 1940.
Los resultados mostraron que estos fósiles de bandicoot con patas de cerdo representaban dos especies distintas; anteriormente, los investigadores pensaban que solo había un tipo.
La especie recién descrita, llamada Chaeropus yirratji después de un nombre aborigen local para la criatura, tiene patas traseras más grandes y una cola más larga que su primo mejor estudiado (Chaeropus ecaudatus), y pueden haber tenido un comportamiento de pastoreo diferente, escribieron los investigadores. La comprensión futura de las diferencias entre las dos especies depende de que los investigadores puedan encontrar más fósiles, que tienden a estar enterrados en excrementos de búhos en los pisos de las cuevas.