Cuando los bebés pasan por el canal de parto de la madre, el ajuste apretado aplasta temporalmente sus pequeñas cabezas, alargando sus cráneos flexibles y cambiando la forma de sus cerebros. Ahora, los científicos han creado imágenes en 3D que demuestran el alcance de esa sorprendente distorsión similar a una cabeza de cono.
Las cabezas de los bebés pueden cambiar de forma bajo presión porque los huesos de sus cráneos aún no se fusionaron, según la Clínica Mayo. Las regiones blandas en la parte superior de la cabeza acomodan ser exprimidas a través del canal de parto y dejan espacio para que el cerebro crezca durante la infancia.
Sin embargo, la mecánica precisa de cómo el cráneo y el cerebro de un bebé cambian de forma durante el parto no se comprende bien. Para obtener más información sobre ese proceso, los científicos realizaron escáneres de imágenes por resonancia magnética (IRM) de siete mujeres embarazadas: cuando los sujetos tenían entre 36 y 39 semanas de sus embarazos, y luego cuando estaban en trabajo de parto, después de que sus cérvix estaban completamente dilatados.
Sus imágenes revelaron una compresión significativa del cráneo, conocida como moldura de la cabeza del feto, en todos los bebés, y sugirieron que las presiones ejercidas sobre las cabezas y los cerebros de los bebés durante el parto son más fuertes de lo que se pensaba, informaron los científicos en un nuevo estudio.
En los siete fetos, los huesos del cráneo que no se superponían antes del parto se superponían visiblemente una vez que comenzó el parto, deformando las cabezas y los cerebros de los bebés, escribieron los investigadores. En cinco bebés, los cráneos volvieron a su forma previa al trabajo poco después del nacimiento, y la deformación no se notó cuando se examinó a los recién nacidos.
La resonancia magnética captó vistas de tejidos blandos que no eran visibles con ultrasonido, proporcionando pistas importantes para comprender la deformación de los cráneos y cerebros fetales, y el movimiento de los tejidos blandos maternos a su alrededor durante el nacimiento, según el estudio.
Los hallazgos se publicaron en línea hoy (15 de mayo) en la revista PLOS One.